El GTO hizo su debut en octubre de 1990, presentándose como un deportivo radical, algo que Mitsubishi no había hecho desde hacía tiempo. Heredaba el nombre del famoso Galant GTO y ello era buena prueba de que Mitsubishi tenía grandes esperanzas puestas en este coche.
El diseño era muy propio de la casa, claramente orientado al mercado americano. Si se miraba el carro desde arriba, su silueta ligeramente entallada en la puertas resultaba impresionante y atrajo muchas miradas en su momento.
Y no llamaba la atención solo por su diseño. Tenía mecanismos que se habían cuidado al detalle. El chasis contaba con tracción total permanente, cuatro ruedas directrices, suspensión controlada electrónicamente y ABS. Además, equipaba un sistema de aerodinámica activa en el que los alerones delantero y trasero se ajustaban en función de su velocidad, y un sistema de escapes activos que autoregulaban su sonoridad. Sus múltiples adelantos tecnológicos, presididos por controles electrónicos y sistemas variables contribuían a hacer del GTO un coche único.
Su plataforma estaba basada en la del Diamante. El motor iba montado en posición delantera transversal y era un 6G72 DOHC V6 de 3 L en versiones biturbo o atmosférica. El turbo generaba 280 CV y 416.4 Nm, por los 225 CV y 274.3 Nm del atmosférico.
En agosto de 1993 se introdujeron pequeños cambios, como la eliminación de los faros escamoteables por unos fijos. El modelo biturbo recibió una caja manual Getrag de 6 marchas y su par aumentó hasta los 426.3 Nm. En agosto de 1994, se añadió el MR, que pesaba 30 kg menos, y en 1996 se ofrecieron llantas de 18 pulgadas. En 1998 se ofreció con aditamentos aerodinámicos y un alerón trasero más agresivo. Aunque el GTO siguió evolucionando, no superó la caída de popularidad de los deportivos y su producción concluyó en agosto de 2001.
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